"Ocurrió cuando Ginés apenas había cumplido siete meses. De hecho su padre no llegó a verlo nunca, pues andaba en la zafra, allá en Cabo Blanco. El barco donde navegaba sufrió durante la noche una colisión con unos enormes troncos que le abrieron varias vías de agua en el casco y lo hundieron. (.) -¡Miren, miren, allí está la foto ..., digo, mi padre!- gritaba Ginés a nuestros oídos para que la gente no se enterara. Y efectivamente, allí, en la cubierta, apoyado contra la batayola, estaba un hombre igual que la foto del padre, vestido elegantemente con un terno blanco, chaleco de calor garbanzo, zapatos blancos con hebillas y sombrero blanco con cinta canelito claro."